Me separé el fin de semana anterior a que declararan la cuarentena obligatoria en toda la Argentina debido al coronavirus.
Veníamos pensando y charlando con mi ex para que la separación fuera de la mejor manera posible.
El virus ya azotaba Italia pero en nuestro país seguíamos yendo a trabajar y las nenas al colegio como siempre. Todas con alcohol en gel en la mochila. Terminaba la segunda semana de clases.
El sábado les contamos a las nenas que íbamos a separarnos. La más chiquita enseguida dijo "ah entonces mamá va a dormir en una casa y papá en otra. Y nosotras algunos días con cada uno". Entendió todo.
La más grande no decía nada. Le preguntamos si quería decir algo o preguntarnos algo. De pronto se largó a llorar. "Le pedí a Dios que no se separen nunca", me confesó entre lágrimas.